TRANSFORMAR LA GESTIÓN DE INVENTARIO ES UNA VENTAJA ESTRATÉGICA A TRAVÉS DE UNA PLANIFICACIÓN EMPRESARIAL INTEGRADA.
- Mauricio Sáez Rojas - UAI
- 26 mar
- 6 Min. de lectura

Alexander Miltenburg, asesor comercial de Oliver Wight Americas · 14 de marzo de 2025.
Gestionar correctamente los inventarios es difícil, pero ¿por qué? En esta era de tecnología avanzada, sistemas ERP e IA, cabría esperar que las empresas aprovecharan estas herramientas como ventaja competitiva o, al menos, que tuvieran la gestión del inventario bajo control. Sin embargo, muchas no lo hacen. ¿Por qué? Porque los inventarios suelen percibirse como una responsabilidad funcional en lugar de un activo multifuncional alineado con la estrategia y los objetivos generales de la empresa. Como resultado, algunas empresas se enfrentan a estanterías vacías, mientras que otras se ven atrapadas en almacenes con exceso de existencias, llenos de productos que ya no satisfacen las demandas de los consumidores.
Muchas organizaciones tienen dificultades para satisfacer las expectativas de los consumidores, con el riesgo de perder ventas y reducir su fidelidad. Si no se abordan, estos desafíos pueden afectar directamente el rendimiento financiero general, la rentabilidad y la capacidad de la empresa para crecer eficientemente.
Si bien los problemas de inventario son fáciles de detectar, a menudo ocultan un problema más profundo: una desconexión entre los horizontes de planificación (estrategia, planificación, ejecución), KPI contradictorios y la comprensión entre departamentos de las capacidades reales de la organización. La brecha entre los objetivos generales y las operaciones diarias genera ineficiencias que afectan la gestión de costos, el crecimiento de los ingresos y a los consumidores. La falta de alineación entre los objetivos empresariales más amplios y la gestión del inventario a nivel operativo puede generar ineficiencias costosas, lo que hace imperativo que las organizaciones comerciales y las cadenas de suministro comprendan qué tan bien la empresa puede y debe satisfacer las expectativas de los clientes.
La Planificación Empresarial Integrada (IBP) entra en juego al impulsar una conversación multifuncional clave al preguntar: "¿Cómo pretendemos brindar un servicio eficaz a nuestros clientes, equilibrando sus expectativas con nuestros objetivos y estrategias comerciales generales?
Para impulsar este enfoque alineado, los líderes empresariales deberían considerar la IBP como una solución. La IBP es un proceso de toma de decisiones que alinea la estrategia con la cartera, la demanda, la oferta y los planes financieros mediante un proceso de replanificación mensual enfocado y basado en excepciones. Como resultado, las empresas se preparan para alcanzar sus objetivos organizacionales, como optimizar el flujo de caja y mejorar la satisfacción del cliente.
Para abordar eficazmente los desafíos del inventario, los líderes deben centrarse en tres pasos clave:
Paso 1: Alinear la estrategia de inventario con los objetivos comerciales
La base de una gestión de inventario eficaz comienza con la alineación, desde el equipo ejecutivo hasta el personal operativo, de arriba a abajo y de abajo a arriba. Los líderes de alto nivel deben garantizar que los objetivos y las políticas de inventario cumplan con los objetivos corporativos, como los objetivos financieros y las demandas del mercado. Cuando los líderes comprenden claramente cómo el inventario y sus indicadores principales impactan e impulsan la estrategia empresarial, junto con las capacidades actuales y futuras, resulta más fácil establecer objetivos de inventario realistas a corto, mediano y largo plazo. Alinear las políticas de inventario con los objetivos empresariales más amplios garantiza que las decisiones no se tomen de forma aislada, sino como parte de un enfoque interfuncional que abarca la planificación, la compra, la fabricación y la entrega, a la vez que se cumplen los objetivos financieros. Aquí es donde la Planificación Empresarial Integrada facilita la conversación adecuada para garantizar que las decisiones sobre inventario reflejen la estrategia de la empresa, equilibrando el control de costes con el crecimiento de los ingresos y la mitigación de riesgos.
Una vez identificadas estas políticas de inventario, es fundamental evaluarlas continuamente. El equilibrio entre los niveles de inventario, las inversiones y la dinámica del mercado debe reevaluarse periódicamente para que la estrategia de inventario de la empresa se alinee con sus objetivos financieros y operativos. Las revisiones mensuales del Plan de Inventario Inicial (PIB) y los posibles ajustes a los objetivos de inventario ayudan a la empresa a mantenerse ágil y receptiva a las dinámicas cambiantes del mercado, protegiendo así la rentabilidad y la competitividad a largo plazo.
Paso 2: Identificar y abordar las causas fundamentales de los desequilibrios de inventario
Una vez establecidas las políticas de inventario, el siguiente paso es gestionar el inventario activamente para cumplir con dichos objetivos. El exceso de inventario o la falta de existencias no son solo ineficiencias operativas; a menudo, son síntomas de problemas más profundos, sistémicos y de comportamiento. Si los niveles de inventario superan lo necesario, es importante agotar el inventario que no se necesita de inmediato; idealmente, vendiéndolo en lugar de dejarlo inactivo y consumir recursos. Sin embargo, esto solo resuelve el problema del inventario. A través del proceso de IBP, los indicadores adelantados que impulsan el inventario deben revisarse mensualmente para obtener información sobre los problemas subyacentes. Por ejemplo, si bien las políticas de inventario pueden ser correctas, los indicadores adelantados a veces pueden ser erróneos. Esto podría ocurrir si existe un sesgo en el proceso de planificación, como proyecciones de ventas demasiado optimistas, o si una planta produce en exceso debido a los objetivos de productividad. De igual manera, el lanzamiento de nuevos SKU mediante innovación que no cumplen con las expectativas de rendimiento puede generar un exceso de inventario y diluir la cartera tanto desde una perspectiva comercial como de suministro, lo que aumenta innecesariamente los niveles de inventario.
Abordar estos desafíos subyacentes es clave, y los líderes deben estar dispuestos a afrontar realidades incómodas, especialmente cuando la causa raíz es autoinfligida. Ejemplos de esto podrían ser la reducción de costos en las compras, lo que resulta en un aumento en el tamaño de los lotes de empaque (productividad); la planificación necesaria para reaccionar a los cambios en las carteras y producir más SKU en activos a escala (eficiencia); y las tasas de rendimiento comercial que impulsan planes iniciales inflados al planificar el lanzamiento de nuevos productos (sesgo). Al identificar discrepancias entre el inventario planificado y el real, los líderes pueden rastrear estos problemas hasta sus causas raíz. El IBP garantiza que los objetivos de inventario estén alineados no solo con las estrategias comerciales más amplias, sino que también mide los indicadores principales que impulsan dichos objetivos para la cartera, la demanda y la oferta. Esta información permite a las empresas anticipar los problemas antes de que se agraven, optimizando los recursos y asegurando que el inventario se ajuste a las necesidades operativas. Revisar y ajustar periódicamente las políticas de inventario, en línea con la evolución de la dinámica del mercado, ayuda a crear una organización más resiliente y ágil, lista para un crecimiento sostenible.
Paso 3: Impulsar el cambio sostenible y la mejora continua
Abordar los desafíos inmediatos de inventario es solo el comienzo. El éxito a largo plazo de cualquier estrategia de inventario depende de la integración de prácticas sostenibles en la esencia de la organización mediante la Planificación Empresarial Integrada. Esto requiere un liderazgo sólido, una comunicación clara y el compromiso de fomentar una cultura de mejora continua. La gestión del cambio es crucial en este aspecto. Al incorporar mejores prácticas de inventario y fomentar una cultura de honestidad y responsabilidad, las organizaciones pueden establecer una nueva normalidad duradera, convirtiendo los desafíos de inventario en oportunidades de mejora continua.
Un aspecto clave para mantener estas mejoras es la implementación de políticas de gobernanza del inventario. Estas políticas no solo refuerzan las acciones necesarias para impulsar mejores prácticas, sino que también ayudan a garantizar que los problemas de inventario se consideren sistemáticamente como indicadores para identificar y abordar las causas raíz. La gobernanza crea un marco para un rendimiento consistente, impulsando la excelencia operativa a largo plazo y reduciendo el riesgo de futuras interrupciones.
El IBP garantiza que cualquier desviación del plan se aborde con prontitud. Si un cambio se considera impactante y permanente, las políticas se ajustan para reflejar esta nueva realidad. Sin embargo, si el cambio se considera menor, la organización mantiene el rumbo actual, lo que refuerza la importancia de mantenerse alineado con el plan original cuando sea necesario.
Determinar de antemano qué se considera Verde y Rojo es clave para ejecutar un proceso de IBP eficaz.
Al integrar estos procesos y fomentar una cultura de mejora continua, las organizaciones pueden transformar la gestión del inventario en un sistema dinámico que evoluciona junto con las necesidades del negocio, impulsando el éxito sostenible a largo plazo.
Convertir los desafíos de inventario en oportunidades estratégicas
La gestión de inventario no es solo una cuestión operativa, sino un imperativo estratégico que impacta los ingresos, el crecimiento y el riesgo. Al adoptar la IBP, los líderes pueden convertir la gestión de inventario en una ventaja competitiva multifuncional, impulsando la eficiencia, mejorando la experiencia del cliente y optimizando el capital circulante.
Adoptar un enfoque integrado para la gestión de inventario no solo mitiga los riesgos, sino que también impulsa el éxito empresarial a largo plazo. Mediante la planificación estratégica, la ejecución y la mejora continua, IBP garantiza que la estrategia se traduzca en planes viables. Al establecer una cadencia mensual, IBP alinea las señales descendentes y ascendentes, manteniendo a las organizaciones encaminadas y fomentando las conversaciones esenciales necesarias para alcanzar los objetivos a corto y largo plazo.
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